Hasta hace bien poco, en España teníamos un sistema mayormente bipartidista donde estábamos acostumbrados a las mayorías absolutas.
A día de hoy, con el bipartidismo más que superado, la mayoría absoluta se antoja imposible. Con una escena política en la que hay 4 partidos políticos por encima de los 30 escaños, todos sabemos que estamos en la era de los pactos.
Hoy queremos hablar de las elecciones en la década de los 80. Refrescaremos la memoria haciendo un repaso de lo ocurrido en los 2 comicios que tuvieron lugar:
Elecciones de 1982
En 1982 el entonces presidente, Leopoldo Calvo-Sotelo (sucesor de Adolfo Suárez tras su dimisión), convocó elecciones anticipadas en un intento de frenar la mala situación que vivía el país. El partido del presidente, UCD, concurrió a las elecciones enfrentándose a un, entonces, crecido PSOE, con un apasionado Felipe González a la cabeza.
González, que había presentado una moción de censura que no salió adelante contra Suárez en el año 80, llegó a las elecciones siendo el político mejor valorado por las encuestas y estas demostraron no equivocarse: el PSOE obtuvo mayoría absoluta. La otra sorpresa de las elecciones de aquel año fue el descalabro monumental de UCD, que prácticamente desapareció de la escena política, llegando a disolverse el año siguiente.
Comparándolas con las últimas elecciones, podemos hacer dos paralelismos:
- En primer lugar, la figura de la cabeza visible del PSOE, en este caso, Pedro Sánchez, también presentó una moción de censura contra el presidente del gobierno Mariano Rajoy, aunque esta sí salió adelante en el segundo intento.
- La caída apoteósica de Ciudadanos tienen su similitud con la caída en picado de UCD.
Antes de dar un salto de 4 años en el tiempo, cabe destacar que estas elecciones del 82 han sido consideradas como el fin del proceso de transición de España, iniciado en 1975 con la muerte del dictador Francisco Franco. Esto se debe a varias razones:
1.- Por un lado, la altísima participación (la más alta registrada hasta aquel momento) del 79,8 %.
2.- Porque, por primera vez, se vivió la alternancia política propia de las democracias.
3.- El acceso al gobierno de un partido que no tenía nada que ver con el franquismo.
De esta manera, España ratificó el fin del regimen dictatorial y comenzó su andadura como país democrático.
Las elecciones de 1986
Las elecciones del 86 también fueron anticipadas, si bien esta vez la decisión del presidente González de adelantar las elecciones fue aprovechar el rédito político conseguido gracias al referéndum sobre la permanencia de España en la OTAN.
La estrategia no le fue nada mal al presidente, que volvió a obtener mayoría absoluta, si bien perdió más de un millón de votos. A pesar de la «caída», con 184 escaños en el Congreso, los socialistas ganaron más que cómodamente.
La oposición, tras la desaparición en el 83 de UCD, fue encabezada por la Coalición Popular, liderada por el gallego Manuel Fraga, que aunaba diversas fuerzas políticas de derechas, concretamente las que siguen:
- Alianza Popular
- Partido Demócrata Popular
- Partido Liberal
- Unión Valenciana
- Unión del Pueblo Navarro
- Partido Aragonés Regionalista
- Centralistas de Galicia
Las elecciones de 1989
En el 89, una vez más, las elecciones españolas fueron adelantadas 9 meses.
La razón para adelantar los comicios fue el desacuerdo del ejecutivo con los sindicados mayoritarios (UGT y CCOO), que convocaron una huelga general el 14 de diciembre del 88. ¿El motivo de la huelga? Protestar contra una reforma laboral que pretendía precarizar las condiciones laborales de los españoles introduciendo los contratos temporales (esos que hoy por hoy son tan comunes y nos tienen en un sinvivir), facilitando el despido y reduciendo al mínimo legal los derechos laborales de los trabajadores menores de 25 años. Esta huelga fue tan exitosa que incluso paralizó la televisión pública y obligó al Gobierno a negociar con los sindicatos.
Cabe mencionar que en estas elecciones se presenta por primera ve el Partido Popular, que fue fruto de la refundación de Alianza Popular. Manuel Fraga dio un paso atrás y presentó como cabeza visible del partido a José María Aznar, con un perfil significativamente más joven para hacer frente a la frescura y fuerza de González.
Estas elecciones fueron, en pocas palabras, un desastre: defectos en el registro electoral, lentitud en el anuncio de resultados, impugnación de los resultados en ciertos distritos por sospecha de fraude… Finalmente hubo que repetir elecciones en Melilla por orden del Tribunal Constitucional (donde acabó triunfando el PP), tras lo cual quedó claro el panorama político: El PSOE se quedaba a las puertas de marcarse un hat trick de mayorías absolutas, con 175 diputados sobre un total de 305. Aún así, González pudo gobernar una vez más como tal, debido a que los diputados de Herri Batasuna no se presentaron en toda la legislatura, por lo que el PSOE representaba más de la mitad de la cámara.